Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Juan 3, 1-13

1 Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios,
pues ¡lo somos!. El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.

2 Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo
que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él,
porque le veremos tal cual es.

3 Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como
él es puro.

4 Todo el que comete pecado comete también la iniquidad, pues el
pecado es la iniquidad.

5 Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados y en él no hay
pecado.

6 Todo el que permanece en él, no peca. Todo el que peca, no le ha
visto ni conocido.

7 Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo,
como él es justo.

8 Quien comete el pecado es del Diablo, pues el Diablo peca desde el
principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del Diablo.

9 Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado porque su germen
permanece en él; y no puede pecar porque ha nacido de Dios.

10 En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del Diablo: todo
el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no
ama a su
hermano.

11 Pues este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos
amemos unos a otros.

12 No como Caín, que, siendo del Maligno, mató a su hermano. Y

¿por qué le mató? Porque sus obras eran malas, mientras que las de
su
hermano eran justas.

13 No os extrañéis, hermanos, si el mundo os aborrece.